LA PALABRA

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Lo Público​

Por: Samuel Guzmán López Representante profesores al Consejo Académico​

La vida misma, vivirla, sentirla, gozarla es, en sí, la primigenia expresión de lo público. Para vivir necesitamos el aire que respiramos, el agua que nos hidrata, los alimentos que nos nutren, provenientes de suelos fértiles, y la biodiversidad, fauna y flora, que entretejen nuestra manera de vivir.
La economía clásica de Adam Smith nos enseñó que el aire y el agua son bienes libres y no económicos que tienen valor de uso, pero no deben ser objetos de mercado, es decir, sin valor de cambio (precio); lo mismo que debería suceder con los suelos fértiles, los bosques, selvas y páramos, para no ir muy lejos. Estamos hablando, entonces, de lo común (commons); pero lo común del modelo de desarrollo presente, el neoliberal, es que todo objeto útil es monetizable en un mercado y, desde allí, se instaló en la sociedad presente que la naturaleza y sus bienes son mercancías susceptibles de privatización.

El agua dejó de ser un bien libre y se mercantilizó con el argumento de que el Estado fue incapaz de gestionar su uso; por la vía del precio, el mercado era la respuesta y todos sabemos y sentimos que la respuesta no es el mercado, porque frente a servicios públicos el capital sigue siendo fiel a sus principios: busca su rentabilidad, no es filantrópico, el ciudadano es un cliente o un usuario y la relación es a través del servicio, lo cual le quita la calidad de derecho. Lo público es el bien común, que a todos pertenece, y el capital como factor de producción que se expresa como propiedad privada no puede sustituir lo que históricamente la sociedad construyó: lo común, lo comunitario lo colectivo. Por ello existen múltiples economías y no solo la economía de mercado; por ejemplo, la economía social o solidaria, que lo expresa de gran manera con las cooperativas; pero también la asociatividad productiva, grupos mutuales, acueductos comunitarios y bancomunales son su expresión.

Las organizaciones son constructos de la institucionalidad y se convierten en institución, como parte de las reglas de juego que la sociedad conviene. Es decir, una organización como la Universidad Tecnológica de Pereira nace de una institución que es la Ley 41 de1958 que le otorga el carácter de “oficial”, equivalente a público. Nace como iniciativa de dirigentes que avizoraron la necesidad de un abordaje del desarrollo regional, desde un factor multiplicador cognoscitivo para nuestra sociedad.

Más tarde, y en su devenir histórico, la Universidad se fue convirtiendo en el alma mater de la región por excelencia, hasta consolidarse en el presente como el núcleo deformación, investigación y de pensamiento, tecnológico, académico, científico, social, ambiental, político y de las artes, del centro-occidente colombiano.

El Estatuto General (Acuerdo 014 de 12 octubre de 1999) reza en su Título 1, artículo 2Misión de la Universidad (modificado mediante acuerdo No. 03 del 6 de febrero de 2018): somos una universidad Estatal de carácter público, vinculada a la sociedad, que conserva el legado material e inmaterial…” que significa, en esencia, lo público dela UTP y que, como lo establece su propio estatuto, debe conservar el legado material e inmaterial. Es decir que en su misma esencia está el legado de sus fundadores y de la sociedad que los acunó, que la universidad fue pensada, proyectada, planificada y materializada como pública, para todos, los comunes.
La educación pública y una de sus expresiones institucionales, las universidades públicas, son el eje y motor fundante para la construcción de una sociedad democrática, libre y autónoma que se sustenta desde el carácter endógeno que representa la educación para el territorio. La competitividad se construye y el Estado es la base a partir de la cual se generan los escenarios para su desarrollo.

No es un asunto privado, aunque comprende el sector privado, pero no puede entregar o desligarse del deber ser de conducir los destinos de un país. La competitividad es la semilla de la que germinará la prosperidad y la universidad pública, su sembrador. Por todo ello, lo público es lo esencial para la sociedad, y la educación pública el camino por el que se debe conducir a la misma, para tejer el territorio como el abrigo que nos cobija. Cuidar el agua, preservar nuestros suelos o multiplicar nuestra biodiversidad solo será posible en el ámbito de lo común (commons). Por ello no se puede abandonar la responsabilidad del Estado de mantener el carácter de lo público vigente, en lo que la Universidad Tecnológica de Pereira cumple el papel de aguja que teje al territorio, trama y urdimbre que exulta el espíritu de la humanidad.

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